Este tipo de risa indica sumisión, un reconocimiento de derrota. Según los científicos cuando recibes cosquillas se activa la parte del cerebro que se anticipa el dolor – por lo que es posible atacar accidentalmente a alguien que está tratando de hacerte cosquillas.
Tanto cosquillas y risa activa la parte del cerebro llamada el opérculo rolándica que controlan los movimientos faciales y reacciones vocales y emocionales. Sin embargo, a diferencia de la risa por algo divertido, las cosquillas también activan el hipotálamo que controla la temperatura corporal, el hambre, el cansancio, el comportamiento sexual y las reacciones instintivas a situaciones como la lucha o huida.
De hecho, los descubrimientos científicos arrojan luz sobre por qué algunas personas incluso comienzan a reír con la amenaza de las cosquillas. “Cuando haces cosquillas a alguien, en realidad estimulas las fibras nerviosas amielínicas que causan dolor,” dijo el Dr. Alan Hirsch, fundador Smell & Taste Treatment and Research Foundation en Chicago
Esto también explica por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos, pues nuestro cerebro es consciente de que no hay necesidad de producir una respuesta a la acción, según informa Daily Mail.
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